Como lo oyen, la serie que ha marcado un antes y un después no solo en la televisión mundial, sino en la cultura popular norteamericana, ha llegado a su fin en el monitor de mi ordenador. Echaré de menos esos 4400 minutos de auténtico arte, de lírica realista, de crítica a la condición humana en el siglo 21, a unos estados unidos sumidos en su propia miseria, a la veneración del barrio, al humor negro, a la sensatez de unos personajes cuya condición moral es ambigua, a un protagonista creado en sus propias leyes morales, sociópata y padre de familia, mafioso deprimido cuya madre es un tormento y cuyo alimento es el prozac y los patos.
Pero el éxito de esta serie, el que los críticos, los televidentes, aquellos que simplemente tengan dos dedos de sensatez en el cerebro han sucumbido en cada capítulo, es elevar a escala artística cada minuto de cada capítulo, son 86 películas, la virtud del tiempo, de la evolución de cada personaje, y no solo como un caracter dentro de un gran árbol, sino como propio individuo. No es arriesgado afirmar que es posiblemente lo mejor que se haya hecho en estados unidos en los últimos 20 años, y no se asusten, no habla de mafia, de sangre, de muerte (que la hay, tanta que a uno le hace despertar de un ensueño artificial), habla de lo que nos encontramos cada mañana al despertarnos, de las inquietudes humanas, de los problemas que cualquier trabajador, que cualquier persona haya tenido, vease el caso del hijo, apenas 13 años en la primera temporada, y 8 años después crecido, deprimido, genéticamente tan parecido y distinto de su padre, que uno no sabe si el problema es del ambiente o del ser humano.
Y es que, esta serie es filosofía de la calle, hay humor negro a raudales, comentarios atroces contra la administración bush, contra la contracultura que en estados unidos se respira desde la caja tonta donde esta misma serie se emite, hay homenajes cinematrográficos tan sublimes como a fellini, al cine negro norteamericano de los años 30, de hawks, incluso Bogdanovich(talento cinematográfico de los 70 venido a menos) tiene un papel en la serie, habla de los conflictos familiares, de las drogas, del existencialismo, de la ambigüedad moral de unos personajes cuyo código ético es incluso más ambiguo. Y no esperen familiarizarse con tony soprano, uno en un minuto de la temporada x cree que esa persona, tiene corazón, tiene alma, es un buen tipo, un antihéroe, y después mata a uno de sus mejores amigos por cualquier estúpido motivo, hay asesinatos sí, pero eso es secundario en una obra de arte de 10 años de existencia. Esto si es poesía.
A todos lo que la prueben, no les fallará, sin duda es lo mejor que he visto en mi vida en televisión. Es curioso no creen?, que la llamada caja tonta sea superior que al llamado cine, e incluso que sea considerado como arte, popular claro, pero arte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario